Es el símbolo fundacional de la ciudad. Ya que alrededor de ella comenzaron a agruparse las primeras viviendas, que dieron origen al pueblo de Lobos. En noviembre de 1893 se colocó la piedra fundamental del actual templo parroquial, en el mismo solar en el que en 1802 se había construido la primera capilla que dio origen al pueblo, por el fundador de Lobos, Don José Salgado.